El territorio nariñense ha sido rico en oro: Gualcalá, La Concordia, Sanabria se recuerdan por su riqueza minera. También los afluentes del río Patía, entre ellos el Telembí, a cuyas orillas creció Barbacoas, con sus minas, su lujo y sus esclavos negros. Era el punto de contacto de Pasto con el exterior. De allí se salía por barco hasta Tumaco, aguas abajo del río Patía y del Telembí, después de atravesar en azarosa navegación los pantanos del Chimbuza.


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